lunes, 26 de diciembre de 2016

Los medios que se oponen a Trump son sus mejores aliados


Por Héctor J. Héreter
San Juan, Puerto Rico
3 de marzo de 2016

Los medios de comunicación tratan de descifrar el ascenso de Trump. Yo les diría a mis colegas que hagan un acto de reflexión y se pregunten cuánto de responsabilidad tienen ellos en este ascenso. En su afán por cubrir lo que se acerca más a un espectáculo que a una noticia, les encanta resaltar las barrabasadas, disparates y atropellos de Trump; saben que esto atraerá mayor audiencia; a mayor audiencia suben los ratings y ya sabemos que los ratings ayudan a las ventas. Es una especie de espada de Damocles mediática.
Los medios de comunicación se convierten en cómplices involuntarios de la implantación de una política que único fin es la conquista y al mantenimiento de un poder personal o de grupo, mediante la acción demagógica en sus múltiples formas apelando a emociones irracionales mediante estrategias como la promoción de discriminaciones (“Los mexicanos son criminales”), fanatismos y sentimientos nacionalistas exacerbados (“Haremos grande de nuevo a América” “Will make America great again”); el fomento de los miedos e inquietudes irracionales (“barreremos a los musulmanes”); la creación de deseos injustificados o inalcanzables; etc. para ganar el apoyo popular, Es aquí cuando nace otro fenómeno político que ayuda al demagogo a perpetuar su poder: la Oclocracia.
La oclocracia es la autoridad de un populacho enajenado por las pasiones y no la razón.

La pregunta obligada en este momento es ¿cómo podemos identificar a un oclócrata cuando habla ante las multitudes? Pues los síntomas son más fáciles de identificar que un catarro común. Lo que lo hace a veces difícil es que caemos en la trampa de las emociones que nos nubla la razón, o los periodistas reportan aquello que saben atraerá la atención y tocará la fibra emocional de su público. Sin saberlo estos profesionales de la comunicación pasan del ejercicio del periodismo a la propaganda. Lo irónico es que una vez entronizado el demagogo en el poder, aquellos informadores que reportaron imparcialmente en un principio luego son considerados por el caudillo como sus principales enemigos.
Y ya Trump lo advirtió que de llegar a la presidencia derogaría la sacro santa primera enmienda de la Constitución por lo cual permitirá demandar a diestra y siniestra a los medios de comunicación, principalmente The New York y Washington Post. Al borrar del mapa estos dos medios emblemáticos de Estados Unidos, los más débiles se doblegarán ante este "strongman", dándose el fin de la imparcialidad periodística para saltar a la propaganda.

Ya se dio un gran presagio de lo que perseguía Trump en su feroz encuentro el pasado mes de septiembre con el periodista de Univisión, Jorge Ramos.  Lo irónico de este episodio es que las críticas fueron dirigidas hacia Ramos y no hacia Trump que ordenó la expulsión a empujones del periodista mexicano, de inmediato la oclocracia que apoya a Trump dijo al unísono: 1) que el comportamiento de Ramos estaba fuera de lugar; 2) que este periodista buscaba  atención mediática; 3) que se convirtió en activista en vez de ejercer su función de periodista; 4) que sus preguntas eran más bien de trinchera y no con propósito informativo. 
Aunque Estados Unidos es una nación de avanzada, no está exenta de  caer en la trampa de la oclocracia cuando las pasiones reinan sobre la razón.
El jurista venezolano Carlos J. Sarmiento Sosa  (y los venezolanos tienen bastante experiencia con la oclocracia durante las últimas dos décadas) señala que el oclócrata se presenta como el caudillo carismático, dotado de la capacidad intuitiva de adaptar materiales simbólicos a las necesidades de la muchedumbre haciéndole ver que va a satisfacer sus más inmediatas vindicaciones para, de esa forma, mantener la adhesión de ese sector social, hundido en la ignorancia y el abatimiento y que, ante la manipulación del oclócrata, se vuelca hacia éste con fe ciega. Es el reflejo de profetas, hechiceros, árbitros, guías de cacería o caudillos militares, considerándosele en posesión de fuerzas sobrenaturales o sobrehumanas, en fin, un emisario divino.
En una encuesta realizada por Vox, organización que analiza la política interna de Estados Unidos, confirma lo expuesto por Sarmiento, ya que el magnate de bienes raíces basa su campaña en 5 premisas principales:

  • 1.   Recurrir más a la intervención militar sobre la diplomacia para aniquilar cualquier amenaza. (Miedo)
  • 2.    Excluir de la nacionalidad a los hijos de inmigrantes ilegales que nazcan en Estados Unidos (nacionalismo).
  • 3.    Imponer mayores controles en aeropuertos para escrudiñar a pasajeros con rasgos árabes (racismo).
  • 4.    Requerir que todos los ciudadanos de Estados Unidos porten una cédula de identidad para enseñarla cuando la policía lo requiera (represión-intimidación-exclusión).
  • 5.    Permitir que las entidades policiacas puedan intervenir en las llamadas privadas de los ciudadanos bajo la excusa de detectar a posibles terroristas (control de masas).
Que gane o pierda Donald Trump está por verse, pero lo que más preocupa no es su victoria electoral, lo que si debe preocuparnos a todos es que ya se sembró dentro la nación estadounidense la semilla del autoritarismo, cuando este país debería ser ejemplo de democracia a nivel mundial; un sistema supuestamente blindado por sus creadores en 1776 basado en los "check and balances" contra esta forma de gobierno. Pues Trump, gane o pierda, el terreno está fértil para que otros líderes autoritarios emerjan en el  horizonte político de Estados Unidos.
¿Se imaginan a un Estados Unidos dirigido por otro loquito como Kim Jong-un de Corea del Norte? Entonces las profecías de la Biblia sobre el pocalipsis tendremos que releerlas con mayor atención. Ya por lo menos tenemos en Roma a un Papa del “Fin del Mundo”, tal como dicen las profecías.


viernes, 16 de diciembre de 2016

La institucionalización del hambre


Por Héctor J. Héreter

La igualdad de la riqueza debe consistir en que ningún ciudadano sea tan opulento que pueda comprar a otro, ninguno tan pobre que se vea necesitado de venderse”
Jean Jacques Rousseau

Durante el tiempo que laboré en The Miami Herald tuve la suerte de compartir con intelectuales y periodistas de primera línea del exilio cubano como Carlos Alberto Montaner, Mirta Ojitos y Andrés Reynaldo. De este último nunca olvidaré una frase: “la “jama” (el hambre) es uno de los mejores instrumentos de control político”, dijo Reynaldo. “Mientras mantengas a un pueblo con la mano extendida pidiendo limosnas y el gobierno el único en proveerlas tendrás un pueblo dócil sin voluntad de cambiar esta situación”.


Precisamente esta lección llegó a mi cuando ya en Venezuela se comenzaba a ver el inicio de la decadencia total tras varias décadas de derroche y corrupción, que llegaron al país envueltos en el mismo paquete de la bonanza petrolera surgida a principios de la década de los 70.

En aquel entonces el clientismo político funcionaba de diferente manera al comprar voluntades a través de dádivas y sobornos que serían la envidia de cualquier jeque saudita.

Pero ¿qué es clientismo político? El abogado y columnista, Lorenzo López de Mendoza, Argentina, nación que fue uno de las primeras en registrar este fenómeno durante el régimen Juan Francisco Perón y su esposa Evita, hace una buena definición del mismo.

López señala que “se llega al gobierno para rodearse de aduladores, de obsecuentes, de familiares y de todos aquellos que les permitan hacer “negocios” en beneficios de familiares y de “amigos”, por no decir en beneficio propio. Y qué decir de las “personas leales” (más bien hay que llamarlos “títeres”) que deben componer los cuerpos legislativos adictos. ¿Y a las personas serias, con estudios, honestas, que se preocupan por la sociedad, etc.? Hay que marginarlas, dejarlas de lado, pues pueden estorbar en ese avance inescrupuloso hacia el nuevo objetivo, que no es otro que tener más poder, con lo que podrán hacer más negocios.

Luego agrega que “´por supuesto que llegan al poder a merced de fondos que manejan misteriosamente a través de “fundaciones“ que obtienen fondos de origen desconocido (que por supuesto una vez cumplido su objetivo desaparecen); de un “aparato político” impresionante formado no por gente que viene de los colegios, universidades, etc. sino por los “mercenarios” reclutados de los sectores más necesitados de la sociedad a los que les prometen planes “sociales”, empleos públicos, planes de viviendas, etc..

¿Alguna diferencia entre lo que dice el escritor argentino y lo que hemos presenciado durante los 12 últimos años del régimen Chavista?

Muchos catalogaban a Chávez de ignorante y bruto por el desastroso manejo de economía venezolana, pero no se dieron cuenta que sus acciones obedecían a un plan muy inteligente y bien diseñado para llegar precisamente a eso: al desastre.

La culminación de este proyecto lo vimos con la recién implantada Ley piraña de Costos y Precios Justos impuesta por el régimen venezolano de Hugo Chávez, un alicate, una herramienta para subyugar aún más la voluntad de los venezolanos.

Es que en la Venezuela del siglo XXI, las leyes se instauran y aplican con el fin único de aplastar al enemigo. El espectro conspirador que constituyen la oligarquía, la oposición, los medios de comunicación independientes y el empresariado no alineado, son su objetivo.

Con esta nueva ley culmina el proyecto iniciado hace 12 años de la sovietización/cubanización de la realidad venezolana.

Venezuela es un país que sufre el haber creído en una esperanza. El destino del país es decidido por un petulante y su camarilla de socios en la infamia. La novísima Ley de Costos y Precios Justos es un ejemplo de ley piraña. Despoja y no siente el dolor ajeno, no mira ni habla por el pueblo; sólo responde con saña y un plan descabellado de destrucción del esfuerzo ciudadano.

Vendrán más expropiaciones y merma en la producción de bienes y servicios. El aparato económico y manufactura nacional será acabado definitivamente por una burocracia instalada en el poder, que sacrificará el futuro de, tal vez mas que una nación, un continente.

Tenemos los venezolanos todavía una esperanza, una oportunidad de acabar con este cáncer que carcome nuestra nación: a través de la participación activa para alentar a todos a que usen su derecho al voto. No podemos caer en la apatía y la dejadez. Inscríbete y vota

“El buen ciudadano es aquel que no puede tolerar en su patria un poder que pretende hacerse superior a las leyes”
Marco Tulio Cicerón

domingo, 4 de diciembre de 2016

No permitas que la depresión te controle durante el mes más alegre del año


Por Héctor Héreter
San Juan, 04/11/16

Al menos que vivas como un ermitaño en una cueva sin conexión con los medios de comunicación no sabes que de nuevo llegó la Navidad.  El bombardeo de publicidad es incesante e intenso: “haz feliz a alguien y cómprale tal cosa”, “díbújale una sonrisa de felicidad a tu niño con este juguete” son algunas de las promociones que giran alrededor de la palabra FELICIDAD. Pero la pregunta es ¿en verdad la Navidad hace feliz a todo el  mundo?
Aquellas personas que pertenecen a los de mayor edad, ya bien sea identificadas con eufemismos como “Edad Dorada”, “Tercera Edad” o simplemente “Seniors”, son los más propensos a sufrir de fuertes depresiones ya que al avanzar la edad se hacen más agudas las nostalgias de oportunidades perdidas, momentos alegres que no se repetirán o seres queridos fallecidos.  La sensación de vacío es más recurrente y hasta surge la pregunta ¿habrá tenido algún valor mi vida?
Los propios psicólogos reconocen este mal conocido como la “depresión navideña”, (en inglés Christmas Blues)  ofrecen varios consejos de cómo mitigar o eliminar por completo este sentimiento negativo.  También señalan que las mujeres son más propensas a sufrir esta forma de depresión que la población masculina.
En casos extremos de tristeza y nostalgia pueden terminar en suicidio.  La Asociación Psiquiátrica de Estados Unidos (APA por sus siglas en inglés) señala que durante esta época aumentan en un 45% el caso de suicidios, siendo las personas de mayor edad las más propensas en acabar con su vida.
Pero antes de pasar a las soluciones es necesario reconocer las señales indicativas que sufrimos de la depresión navideña para así trabajar de manera más cónsona con la realidad.
Síntomas de la depresión navideña
  • Tristeza y melancolía al llegar la Navidad.
  • Nostalgia exagerada.
  • Frustración al no contar con lo que supuestamente otros sí tienen.
  • Aislamiento.
  • Amargura.
  • Pensamientos negativos.
  • Tristeza por la ausencia de otra persona.
  • Apatía ante los festejos de esta época.
  • Enorme tristeza
  • Falta de apetito
  • Alteraciones del sueño
  • Ansiedad en grado leve

¿Entonces qué podemos hacer?

·        Como es seguro que, entre los recuerdos de tus seres queridos fallecidos vas a encontrar infinitos momentos gratos, así como Navidades junto a ellos que fueron felices, deberías probar a disfrutar de los recuerdos en lugar de atormentarte con ellos. También es productivo asumir que, pese a lo irremediable de su pérdida, esas remembranzas son sólo tuyas, te pertenecerán por siempre y podrás revivirlas con quienes tienes a tu alrededor y esperan de ti algo más que melancolía. No te atormentes con los recuerdos y rememora todo lo agradable de aquellos que se fueron pero permanecen vivos en tus sentimientos. Piensa en sus chistes, sus anécdotas y compártelas. No renuncies a revivir en tu mente unos tiempos que fueron felices ya que, mantenerlos vivos te conferirá un alivio que redundará en tu bienestar personal y en el de aquellos a quienes quieres.
·        Busca ayuda profesional. Mucha gente no acude a los profesionales de la salud mental por temor a ser estigmatizados de locos, pero es el momento de pensar en ti y no lo que piensan los demás de ti. La depresión es una enfermedad y así como cuando padeces de influenza u otro mal físico acudes al médico debes hacer lo mismo con la depresión.
·        No te encierres en un caparazón de nostalgia. Habla con los tuyos, exprésales libremente tus sentimientos y no sólo los agradables sino también los que te atormentan (familiares que están lejos, aquellos con quienes una discusión os ha distanciado, cualquier tipo de problema que te impida ser feliz). Verbalizar tu sufrimiento permitirá romper ese círculo vicioso que rumía en tu mente.
·        Intenta aceptar tu realidad tal cual es porque, si eres capaz de hacerlo, más que conformismo por esa aceptación lo que conseguirás será activar los mecanismos resolutivos que estén en tus manos para modificar la realidad que te atormenta y hacerlo en un sentido mas beneficioso para todos.
·        En cualquier caso, en tu esfuerzo por ser feliz, no intentes hacer más de lo que seas capaz de llevar a cabo, pues si fuerzas el mecanismo de tus recursos añadirás un agotamiento psíquico que se sumará y agravará el malestar de tu melancolía.
·        Recuerda que la Navidad sólo es una fecha más en el calendario y que cada cual confiere a esos días un significado distinto. Intenta no darle a esta fiesta más importancia de la que en tu fuero interno sientas y considera que es sólo tu voluntad y tu raciocinio quien deberá decidir si participas o no en ella.
·        Considera igualmente que no todo es pernicioso en los momentos bajos, pues estas situaciones pueden ser provechosas para estar consigo mismo y relajarte. Si consigues hacerlo sin atormentarte, es posible que salgas del trance con energías renovadas.
·        Suele también ser útil plantearse la propia situación como si la estuviéramos viendo desde fuera, algo así como convertirnos en unos meros espectadores de nuestra propia realidad. Intenta entonces analizar y valorar lo que de positivo y negativo hay en la situación que te angustia, e intentan no caer en la trampa de focalizar la atención sólo en los aspectos que mas daño te hacen.
·        Mantente ocupado ayudando a otros.  Un buen recurso para olvidar tu nostalgia es ayudar a otros que están en peor situación que tú.  Posiblemente verás que tus penurias son nada en comparación a lo que otras personas deben enfrentar. Busca asociaciones sin fines de lucro enfocadas a ayudar a los más necesitados.
·        Aléjate de personas que constantemente se quejan.  Existen personas que se quejan de todo y por todo.  Su negatividad drena todo lo positivo en tu ser interior.(En un próximo artículo escribiré de cómo manejar a este tipo de personajes.
·        Se hábil y no te dejes influenciar ni engañar por las tretas de los publicistas que, con el único objetivo de fomentar el consumo y vaciar tus bolsillos, te presentarán una vida irreal cuando la única auténtica y tangible sobre la que puedes ejercer control es la tuya y no otra.
·        Si te sientes incapaz de resolver la situación por ti mismo, no dudes, ni retrases el momento, de acudir a un profesional que con una psicoterapia adecuada te ayude a superar el trance.

Entonces en resumen muévete, actúa y no te dejes arrastrar por la nostalgia y la tristeza: la felicidad no llega envuelta en papel de regalo hay que trabajar para obtenerla.  Puede que lo que hacemos no traiga siempre la felicidad, pero si no hacemos nada, no habrá felicidad.

sábado, 3 de diciembre de 2016

El Karma le arrebató a Fidel su último gran circo


Por Héctor Héreter
SanJuan, P.R. (03/12/16)

N
o es secreto que Fidel Castro daba gran importancia a todo aquello que lo pudiese mantener en las primeras planas de los diarios a nivel internacional y por ello no es sorpresa que su propio funeral lo programara hasta el último detalle a fin de mantener la atención de los medios por nueve días seguidos.
Y casi lo logra, pero la mano del destino intervino y cambió todo. Por tres días consecutivos luego de que Raúl Castro anunciara la muerte de su hermano Fidel, el bombardeo de artículos e imágenes en  la televisión la figura de Fidel copaba todos los espacios.
A manera de bumerán, una empresa aérea creada en Venezuela bajo el régimen de su hijo putativo Hugo Chávez, vendría a arrebatarle a Fidel el espectáculo de su gran marcha de regreso  a Santiago de Cuba, donde comenzó su mal llamada revolución hace ya más de 57 años. Mal llamada revolución porque no fue más que una burda edición caribeña del totalitarismo al estilo de Josep Stalin.
Medellín,  ciudad que se distingue por accidentes aéreos que acaparan el sentir mundial tal como fue la muerte de Carlos Gardel, vuelve a tocar el corazón del mundo al fallecer casi todos los jóvenes integrantes del conjunto Chapecoense,  un equipo de fútbol brasileño que se dirigía a la ciudad colombiana a participar en su primer encuentro internacional.
Volaban desde Bolivia a bordo de una nave de la empresa LaMia especializada en vuelos charter fundada en 2010 en el estado de Mérida, Venezuela, y desde sus inicios dio señales de grandes irregularidades.
Según el diario O Estado de Sao Paulo, la empresa fue creada después de un acuerdo con el gobierno de Hugo Chávez para impulsar el sector aéreo del país. Registrada como empresa de ciencia y tecnología, LaMia se benefició de su cercanía con el chavismo para recaudar dinero junto con un fondo de inversión creado por el gobierno chino para estimular la economía venezolana.  Pero como ha sucedido con muchos de los fondos del régimen venezolano, los dineros desaparecieron en el trayecto entre Pekín y Caracas.
Chávez no se cansaba en decir que era “hijo político” del comandante eterno Fidel Castro, pues las travesuras de este hijo terminaron por opacar la pompas fúnebres de su padre putativio.

martes, 29 de noviembre de 2016

A ISIS le conviene Donald Trump


Por Héctor Héreter
16 de marzo de 2016

No es el Ku Kux Klan; los evangelistas fundamentalistas o aquellos que quieren expulsar a los emigrantes mexicanos de Estados Unidos quienes más se beneficiarían de ver a Donald Trump en la presidencia de los Estados Unidos, es no otro que el combatiente Estado Islámico de Iraq y Siria conocido mundialmente por sus siglas de ISIS.
Para muchos parecerá una idea totalmente ilógica de que el mayor enemigo en el Medio Oriente quiera que los estadounidenses elijan a aquel que ha prometido “borrar de la faz de la tierra a todos los miembros de ISIS”.
Pero dentro de nuestra mentalidad occidental es muy difícil de interpretar cuáles son las metas que persiguen aquellos que proponen la creación de un califato desde Irán, extendiéndose por el norte de África hasta reconquistar España.
En diciembre de 2014, el propio comandante de las fuerzas especiales norteamericanas desplegadas en el Medio Oriente, general Michael K. Nagata en una entrevista al The York Times fue muy elocuente al decir que “todavía no entendemos el ideario de ISIS y posiblemente nunca lo logremos”.
Este grupo, que se distingue por su sanguinaria brutalidad más allá de cualquier parámetro aceptable de nuestra cultura greco-romana-cristiana, ve en Trump su mejor archirrival con su propuesta de mandar miles de soldados a pelear en contra de ISIS. Precisamente eso es lo que ellos quieren: traer a Estados Unidos a su propio terreno de batalla y así unir todas las facciones árabes que pululan en el Medio Oriente. Entonces, si Trump logra subir como Zeus al Olimpo del poder en Washington, ISIS tiene la oportunidad de convertirse en la Némesis que todos los musulmanes esperan para lograr su “venganza” contra occidente.
ISIS: MADE IN THE USA
En uno de los muchos debates que se han dado en televisión sobre la amenaza de ISIS, un comentarista describió al Medio Oriente como la “región más esquizofrénica del planeta”. Aunque todos profesan las prédicas de Mahoma, existen cientos, sino miles, de grupos con una interpretación propia de cómo debe imponerse el Islam en el mundo. Al-Qaeda, Hezbolahh, Hammas, Talibán, Lashkar-Toiba, Boko Haram son algunos de los más conocidos, pero la región está tan dividida que algunos no pasan de ser meras tribus de aldea pero no menos letales.
Esto lo sabe muy bien el líder máximo de ISIS, Abu Bakr al-Baghdadi , que para unir a todos la mejor manera es buscarse un enemigo común a quien todos odien. Puede que estas organizaciones se maten entre sí para lograr el poder, pero cuando un “infiel” pone pie en sus tierras todos responden al unísono.
Baghdadi, quien estuvo preso por casi un año en el campamento de prisioneros en Bucca, Iraq, regido por las fueras militares norteamericanos, convirtió su cautiverio en una verdadera universidad. No perdió su tiempo jugando fútbol o ajedrez, se transformó en una verdadera esponja de conocimientos absorbiendo todo lo que sus compañeros de presidio y de sus propios carceleros pudieran brindar. Ahí conoció a muchos oficiales del desmembrado ejército de Sadamm Hussein de quienes aprendió tácticas militares. Ya que los estadounidenses lo consideraban su “prisionero más confiable” aprendió sobre la forma de pensar estadounidense y hasta sus captores le enseñaron hablar inglés, con la esperanza de que algún día fuera un aliado más en la zona. De nuevo vemos la ingenuidad del Cowboy norteamericano.
Por ello será que el presidente Barack Obama muestra resistencia de poner tropas en el Medio Oriente para combatir a ISIS, sobre todo luego de gastar $30 millones en adiestrar soldados iraquíes que al primer enfrentamiento a mediados de 2014 con los terroristas salieron corriendo con el rabo entre las piernas sin siquiera disparar una bala en Mosul, segunda ciudad más grande de Iraq.
Baghdadi sabe bien el temor que produce en los norteamericanos la simple referencia de ISIS
y cómo Trump logró capitalizar este miedo para mostrarse como el único defensor de “The American Way of Life”. Mientras que a nosotros la mera mención de la palabra Holocausto nos genera piel de gallina, por el contrario los fundamentalistas árabes consideran el Apocalipsis como la promesa de que al fin la ley de Mahoma se impondrá en el resto del mundo; no les importa morir en el proceso.
¿Sabrá Trump que su violenta retórica xenofóbica y bélica nos acerca más al fin de los tiempos? Esta pregunta ya deja de ser importante para que la responda el personaje; lo importante es conocer si sus seguidores lo saben.

La irresestible seducción del carismático


Por Héctor J. Héreter
San Juan, P.R. 20 de octubre de 2016

Esa habilidad para generar entusiasmo, atraer, convencer, llamar la atención e inspirar confianza, es un don especial que atrapa a los magnetizados en una telaraña virtual de la que se hace difícil escapar porque entre otros factores, engendra dependencia y complicidad.
Los griegos decían que el carisma era un regalo divino, en consecuencia si procede de los dioses, es ajeno a los conceptos sobre el bien y el mal de los simple mortales. A esos individuos carismáticos les puede rodear un aura de santidad o heroísmo. Sus actos difieren de los de las mayorías.Son rebeldes y tienen una infinita confianza en sus capacidades. Otros componentes posibles de estas personalidades son:una sonrisa perpetua que muta a rigidez y furia celestial, cuando lo que propone está en peligro o es atacado. Un lenguaje halagador fácil, sencillo.
Rápida confraternización con el interlocutor o el público. Capacidad de trasmitir su certeza a la multitud a la que se dirige, como si fuera a un individuo en particular. El líder carismático gana adeptos por el respeto y la confianza que infunde. Vende a futuro, promete paraísos que el ávido comprador negaba minutos antes fuera posible su existencia.
Sin embargo en no pocos casos los lideres carismáticos han sido crueles, manipuladores, malignos, y con una capacidad de destrucción de carácter excepcional. Sus seguidores se transforman en las herramientas de sus propósitos.
La condición mesiánica de este tipo de líder suele desarrollar toda su potencialidad en una sociedad en crisis. Una comunidad nacional o local en problemas, es un caldo de cultivo ideal, porque vigoriza la figura del Guía, lo que le permite desarrollar hasta en los más pequeños detalles sus propuestas. El carisma es intangible y difícil de definir. La apariencia física, la voz, el talento para la comunicación y una inteligencia notable, son entre otros, factores que pueden hacer mas intensa y extensa la capacidad de persuasión del elegido, pero aunque algunas de estas cualidades falten, el individuo sigue siendo una personalidad notable que no pasa inadvertida para quienes le rodean.
El líder carismático tiene una autoridad muy difícil de cuestionar. Sus decisiones son respaldadas voluntariamente por sus partidarios y cuando deciden extender su influencia hasta aquellos que son inmunes a su magnetismo y recurre a la violencia, le es fácil encontrar fieles dispuesto a llevar la nueva verdad hasta el último cobijo.
La confianza que inspiran y las esperanzas que siembran, atraen labriegos morales que sin cargos de conciencia, aplican la guadaña para eliminar la hierba corruptora. El Profesor Richard Wiseman dice que una persona carismática tiene tres atributos:
  • Siente emociones de forma muy intensa, .
  • Las induce en otras personas .
  • Es ajena a la influencia de otras personas carismáticas.
Por otra parte Max Weber considera que estos líderes tienen la habilidad de trasmitir ideas complejas de forma sencilla, se comunican usando símbolos, analogías, metáforas e historias.
Desde hace mucho tiempo escuchamos decir que a determinado dirigente le falta carisma para convencer, como si esa condición de excepción fuera suficiente para que un elector consciente le conceda su confianza. El carisma como dice Weber, no es garantía de que la misión proyectada sea la correcta, ética y exitosa, por lo que aquellos que tienen el derecho a elegir a sus representantes, sin rechazar el liderazgo carismático, deben ser más juicioso y no dejarse encantar por modernas sirenas.
Los medios de comunicación han sido un factor determinante en promover individuos carismáticos. En el pasado las condiciones de excepción de estas personalidades quedaban circunscritas a espacios limitados, pero en la actualidad son globalizadas y su imagen y discursos, satisfacen las expectativas de los que demandan reivindicaciones hasta en lugares que en el pasado reciente no era posible. No hay vacunas contra el carisma, si exceptuamos la plena conciencia de que se poseen derechos naturales que no pueden ser transferidos ni asumidos por otros. La experiencia es un antídoto, haber padecido o convivido en un “paraíso”, puede estimular anticuerpos contra un nuevo hechizo.
Pero es evidente que hay: quienes nacen inoculados y quienes tienen disposición a ser contaminados. Son seducidos, atraídos, convencidos y esclavizados por un Mesías redentor, cuyas promesas pueden no ser de este mundo, pero que los partidarios asumen como una realidad incontrastable y pueden hasta matar por ellas. Muchos opinan que el Flautista de Hamelin era un intérprete de gran carisma, que su persona podía pasar inadvertida, pero su flauta tenía la capacidad de conducir hasta la propia muerte a los ratones de aquel modesto poblado alemán, lo que obliga a pensar que algunas personas tienen oídos de ratones y marchan hacia los precipicios sin percatarse del desastre.

viernes, 25 de noviembre de 2016

Una telenovela que deja profundas cicatrices


Por Héctor J. Héreter
San Juan, P.R. 25/11/16

Una de las frases más conocidas del gran mariscal alemán Otto von Bismark, quien en el siglo XIX rediseñó el mapa político de Europa era “Nunca se miente tanto como ante de las elecciones, durante la guerra y después de una cacería”.
Por nuestra parte podemos decir que la mentira es repontenciada a su máxima expresión en una campaña a la presidencia regida por el populismo y demagogia en ambos lados de la contienda electoral.
El pasado 8 de noviembre se convertirá en un hito en la novela mundial de la democracia, y al igual que los grandes “culebrones” de la televisión, desde la historia de Albertico Limonta en el “Derecho de Nacer” hasta “María la del barrio”; comienzan con la mentira y toda su narrativa se afinca  en la mentira para cubrir la mentira inicial.
Luego de que los ciudadanos estadounidenses emitieran su voto hace tres semanas comienza la fase de la reflexión y el descubrimiento de las grandes mentiras de parte y parte de los candidatos a ocupar la Casa Blanca durante los próximos 4 años. Atrás quedan las pasiones, atrás quedan las decisiones viscerales de odio hacia el que piensa distinto pero las cicatrices quedan marcadas por mucho tiempo.
Tanto es así que se acuñan nuevos términos para describir la actual realidad. El muy  conservador y exigente diccionario de Oxford para admitir un nueva palabra, agregó esta nueva: Posverdad (Post-Truth);  relativo o referido a circunstancias en las que los hechos objetivos son menos influyentes en la opinión pública que las emociones y las creencias personales.
Esta es la palabra del año para el Diccionario Oxford, que ha constatado un incremento en su uso “en el contexto del referéndum británico sobre la Unión Europea y las elecciones presidenciales en Estados Unidos”, hasta convertirse en un término habitual en los análisis políticos.
Según Oxford, el término se usó por primera vez en un artículo de Steve Tesich publicado en 1992 en la revista The Nation, en el que hablaba de la primera Guerra del Golfo. Tesich lamentaba que “nosotros, como pueblo libre, hemos decidido libremente que queremos vivir en una especie de mundo de la posverdad”, es decir, un mundo en el que la verdad ya no es importante ni relevante.
 El propio Winston Churchill al finalizar la Segunda Guerra Mundial dijo que “lo primero que muere en la guerra es la verdad” y durante los 8 meses previos a la elección presidencial vivimos una verdadera guerra de insultos y amenazas de parte y parte, al punto que Trump se atrevió decirle en pleno debate a su contrincante “te voy a meter presa”, algo nunca antes visto en la historia política de Estados Unidos.
Una vez finalizada la contienda electoral y con la selección como presidente de un demagogo a todo dar a la presidencia de Estados Unidos nos preguntamos si se cerrarán las cicatrices de esta virulenta telenovela.  Por las primeras señales que salen desde la Torre Trump en Nueva York nos damos cuenta que el nuevo mandatario en vez de sanarlas quiere continuar con su “reality show” de posverdades y para ello ya escogió a sus principales enemigos que se empeñan en decir la verdad: los medios de comunicación independientes como The New York Times y The Washington Post.
Entonces la definición del Diccionario de Oxford gana preeminencia: “los hechos objetivos son menos influyentes en la opinión pública que las emociones y las creencias personales”.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Mi nombre es Odio y mi apellido es Miedo


Por Héctor Héreter
San Juan, P.R. 23/11/16

“Aquí conocerán a grandes líderes mundiales y a otros líderes que quieren controlar el mundo” dijo una vez la afamada periodista Cristiane Amanpour de CNN-International, una manera bastante resumida de señalar los peligros que enfrentan actualmente la democracia y libertad de expresión, sobre todo con el ascenso de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos
Aunque al final de la Segunda Guerra Mundial la humanidad se hizo la promesa de que no volvería a suceder otro episodio donde un hombre carismático como Adolfo Hitler retornase para controlar el mundo a través del miedo, desafortunadamente, vemos como un creciente número de líderes se basan en este sentimiento primitivo del hombre para controlar las masas a través de los modernos medios de comunicación como la televisión.
La verdad, y la razón como modo de llegar a ella, son dos elementos fundamentales para la salud del una democracia. Sin embargo, la política contemporánea parece seguir un camino prácticamente opuesto. Nos hallamos ante un auténtico ataque contra la razón, liderado por un grupo de demagogos a nivel mundial apoyados por un séquito de manipuladores de medios de comunicación, los cuales eliminan toda capacidad de debate democrático, estimulando los sentimientos primitivos como el miedo.
El miedo como mecanismo de defensa fue necesario hace millones de años cuando era cuestión de segundos decidir si correr o enfrentar la bestia que nos veía con ojos de “tú serás mi próximo almuerzo”.
La razón, por el contrario, se ubica en zonas del cerebro que han evolucionado más recientemente; y depende de procesos más sutiles que nos conceden la capacidad de discernir la aparición de amenazas antes de que se materialicen, y de distinguir entre amenazas reales e ilusorias, tal como lo expuso el neurocientífico de la Universidad de Nueva York, Joseph LeDoux, autor de El Cerebro Emocional
La ironía radica, dice LeDoux, que a la vez que desarrollamos una capacidad analítica a través de la razón, la misma nos produce una ansiedad ante miedos anticipados por eventos que puedan producirse en el futuro, o sea, temores creados por nuestra mente ante amenazas inexistentes. Entonces el miedo evoluciona a un nivel más elevado al convertirse en en un elemento aún más irracional como lo es la PARANOIA.
Este miedo mítico fue utilizado a la saciedad por Trump en su campaña donde el miedo junto al odio de sus seguidores lo llevaron hasta el #1600  de la avenida Pennsylvania de Washington D.C.
¿Acaso estaremos entrando en una segunda Edad Media donde unos pocos controlaban el mercado de las ideas para imponer sus deseos basando sus estrategias en la explotación de sentimientos primitivos?
La revolución de la imprenta, iniciada por Johannes Gutenberg en 1450, acabó con el monopolio de la estancada información medieval, y desembocó en una explosión de conocimiento que fue entregada a las masas que, hasta aquel momento, no habían recibido otro conocimiento que el transmitido desde arriba por alguna jerarquía del poder, ya fuera religioso o secular. Previo a la imprenta los de abajo recibían con pasividad los mensajes emanados de la cúpula de poder.
Los pensadores de la Ilustración que encabezaron los grandes cambios de la época como la Independencia de los Estados Unidos, la Revolución Francesa y las gestas independentistas en América Latina, pusieron énfasis especial en asegurar que la opinión pública estuviera bien informada, y se preocuparon sobremanera de proteger la franqueza del mercado de ideas a través de la libertad de expresión.
Rousseau, Washington, Jefferson y Bolívar sabían que en las circunstancias idóneas, el miedo entre las masas puede desencadenar la tentación de entregar la libertad a cualquier demagogo que prometa a cambio fuerza y seguridad. Con razón Bolívar  dijo: “prefiero una a libertad peligroso a una esclavitud tranquila”.
Si el líder explota los temores del pueblo para encaminarlo en direcciones insensatas, el propio miedo puede convertirse en una fuerza desencadenada que se retro alimenta, que consume la voluntad de la nación y debilita el carácter nacional, además de desviar la atención de las auténticas amenazas y sembrar la confusión acerca de las verdaderas decisiones que toda nación ha de tomar de manera constante sobre su futuro, resumido en una sola palabra PARANOIA.
Por tanto los líderes que quieren “controlar el mundo”, su primera acción estratégica es arremeter contra los medios de comunicación independientes. Eliminar aquellos medios que no se doblegan ante el líder o incrementar el poder sobre ellos a través de amenazas e intimidación. Al fin el Estado (mejor dicho Él, el líder, como dijo Luis XIV, le etat-c’est-moi) pasa a ser de guardián de la libertad de expresión a fiscalizador del mensaje, retrocediendo de nuevo al esquema medieval del flujo de la información.
Así lo reseña el diario El País de España en un artículo titulado "Trump recrudece la guerra contra los medios ya como presidente electo".
(http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/22/estados_unidos/1479842581_402600.html)
Entre estos manipuladores podemos contar a Fidel Castro de Cuba; Robert Mugabe de Zimbabwe; Kim Jong II de Corea del Norte, el fallecido Suparmurat Niyazov de Turkmenistán; Omara Al-Bashir de Sudán, Alexander Luksenko de Bielorrusia y el más reciente de todos, Hugo Chávez Frías. Todos ellos comparten un rasgo común: no admiten críticas.
La sociedad se divide, según el líder, en dos bandos bien definidos: los que están con él y los traidores. Por supuesto ambos bandos viven bajo el manto del miedo. Los primeros temen no seguir recibiendo las bendiciones del líder y los segundos de ser eliminados social o físicamente.
El filósofo romano Lucio Lactancio escribió: “Donde el miedo está presente, la sabiduría no puede existir”.
El analista político Carlos Maza de la organización Media Matters for America publicó el pasado18 de noviembre un muy ilustrativo video de cómo Trump logró manipular los hilos del miedo para llegar a la Casa Blanca.

viernes, 11 de noviembre de 2016

El gran miedo al cambio


Por Héctor Héreter
11 de noviembre de 2016

¿Cómo es posible desde que el último presidente conservador (G.W.Bush) hasta nuestros días se dé marcha atrás con la elección de otro líder aún más conservador (Trump) que dé al traste todos los avances de derechos humanos obtenidos en los últimos 2 cuatrenios?
¿Cómo es posible que la comunidad negra no haya votado en masa por la candidata más viable para defender los derechos adquiridos durante los 8 años de la administración de Barack Obama?
¿Cómo es posible que un 30%  la comunidad latina (hispana) en Estados Unidos también votó a favor de Trump sacando de carrera a la candidata más empática con ellos y sus deseos de inclusión en esta nación norteamericana?
La respuesta la podemos resumir en tres palabras: MIEDO AL CAMBIO.
Posiblemente todos los avances sociales logrados por Obama llegaron demasiado rápido lo cual no permitió que muchos de la raza blanca conocidos como WASPs  (White Anglo Saxon Protestant – Anglo Sajón Blanco Protestante) asimilaran tales cambios y rechazarlo de manera contundente en las urnas electorales; aún cuando rechazaran su comportamiento misógino, racista y xenófogo, pero prometía volver a los viejos parámetros que hicieron de Estados Unidos una gran potencia mundial, por algo su lema “Let’s make America Great Again”.
Ese “again” (“de nuevo”) es muy significativo porque en vez de ser un avance es un retroceso a las viejas formas de gobernanza que seduce a las  masas más resistentes al cambio.
La historia tiene grandes ejemplos de ese miedo al cambio.  Cuando surge la Reforma de Martín Lutero en Alemania en 1517, la iglesia Católica de Roma tardó 28 años hasta 1545 para iniciar su  Contrarreforma que no era otra cosa que un regreso a la Edad Media. Si hacemos una comparación bis-a-bis con lo recién sucedido esta semana con la elección de Donald Trump, veremos muchos puntos de coincidencia.

· Una jerarquía efectiva de supervisión para garantizar que el clero y los laicos observaran las nuevas normas de disciplina y ortodoxia que se esperaba de ellos. Trump propone un gobierno más robusto que le permita aplicar leyes en contra de las minorías.
·  El fortalecimiento de la figura del Papa. Con Trump se fortalece la figura del Presidente.
·  El control de las pasiones de los individuos. Trump promete un control más estricto contra aquellos que desobedecen la Ley.
·  El impulso a la formación de más cofradías y hermandades. Trump logra el apoyo de grupos que defienden el viejo status quo como es el Ku Klux Kan (KKK) y Neonazis.
·  El castigo a los miembros de la Iglesia que abusaran de los bienes económicos de los fieles. Por algo Trump insistió tanto en recalcar el caso de los correos electrónicos de Hillary Clinton como un ejemplo de corrupción y desorden administrativo
·  Estas medidas, junto con la Inquisición y las guerras de religión, pretendían detener el avance del Protestantismo e infundir un nuevo entusiasmo y confianza a los católicos. Trump promete detener el avance de nuevas estructuras sociales (LGTB, abortos, Dreamers, etc.) y devolverle la confianza a los anglosajones de que su país retoma y vuelve al “camino correcto”.

Pero la pregunta que surge de manera obligada: ¿Sirvió de algo la Contrarreforma, logró las metas propuestas? La respuesta es un rotundo NO.
En vez de detener el cambio lo incentivó con transformaciones sociales tan contundentes como la guerra de Independencia de Estados Unidos; la revolución francesa de 1789 y las gestas independentistas a lo largo y ancho de América Latina.
A veces la historia parece avanzar en forma de bucles que generan retrocesos en el cambio, pero lo único que no cambia es el cambio en sí mismo.  Es la ley del universo que estemos en un cambio continuo y por más que un xenófogo, misógino, racista blanco de cabellera rubia intente detenerlo el cambio no cederá en su avance; al contrario lo hará más fuerte.


"Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia."  Honoré de Balzac